jueves, 19 de enero de 2017

OPORTUNIDADES DE LA VIDA

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Primero de todo, decir que soy nueva en esto y no se muy bien por donde empezar, pero supongo que por el inicio de todo, del como me metí en este mundo y como estoy a día de hoy. 
Cuando realicé mis practicas de FP del grado medio, estuve en un centro ocupacional, fue algo magnifico y una oportunidad genial que me dieron para formarme, y no solo a nivel profesional, si no también personal y eso fue lo mas importante. 
En el centro, la mayoría de usuarios tenían Síndrome de Down y jamás había tratado con diversidad funcional y eso era algo nuevo para mí, la sensación era una mezcla entre miedo y curiosidad pero al cabo de un tiempo allí, cambio todo de repente, y empecé a sentirme genial conmigo mismo y con ellos, y eso, me gustaba mucho. 

Al llegar aquí al grado superior de TASOC jamás pensé que volvería a tener la oportunidad de volver a sentirme así, pero si...así fue, una mañana, en la clase de Asun (Intervención Socio-educativa con Jóvenes) nos dio una magnifica noticia, íbamos a realizar un aprendizaje-servicio, que breve mente, consiste en impartir nuestros conocimientos en un centro como voluntarias, y en horas lectivas, que es mucho mejor,vamos, es como un dar y recibir!!!

Lo primero que sentí, fue mucha euforia, pero a la vez curiosidad, por saber que centro me iba a tocar, si me iba a gustar... si yo les iba a gustar a ellos...
Nos explicaron cuales iban a ser nuestras funciones, y a mi compañera Ester y a mí, nos iba a tocar dar clases de alfabetización y lecto-escritura para adultos. 
Eso si que me dio miedo, yo, una chica normal, con 20 años, plantarme delante de no se cuantos ''alumnos'' de entre 30 y 50 años y enseñarles a leer y escribir...pero bueno, la vida esta para superarnos, y esto era un nuevo reto que teníamos que afrontar de la mejor forma.

Y llegó el día, Ester y yo no sabíamos ni con lo que nos íbamos a encontrar, ni el nivel que tenían, así que nos preparamos unas fotocopias y entramos al aula con nuestra mejor sonrisa y pensando, ''vamos, ellos necesitan nuestra ayuda y nosotras estamos capacitadas para dársela''.

Teníamos tres alumnas, entre 28 y 47 años, nos hicieron sentir muy cómodas, nos explicaron el nivel que tenían cada una, y lo que querían aprender, una de las mujeres, nos pidió que le enseñáramos el abecedario, nos sorprendió, ya que no era algo que estuviéramos acostumbradas a ver, y ahí vimos las grandes diferencias...como el simple hecho de formar parte de una familia u otra, de ser de un barrio u otro, tienes ciertas oportunidades que otros no tienen, y algo tan esencial como la educación, muchísima gente no tenía acceso a ella o no podía por circunstancias familiares.

Las clases iban avanzando, y a día de hoy dos de nuestras alumnas están ya con gramática, para no cometer faltas de ortografía y poder redactar.  
Mis sensaciones ahora...han vuelto a cambiar, me siento realmente orgullosa del trabajo que realizamos, de la ayuda que prestamos y con tal solo una hora de dedicación semanal. 


Resultado de imagen de oportunidadesEl voluntariado es algo que todos deberíamos probar, es un simple compromiso con la sociedad en el que pruebas lo que es el verdadero bienestar personal. 

1 comentario:

  1. Efectivamente Cris, con el Aprendizaje-Servicio dejamos de "miramos el ombligo" porque tenemos un proyecto común para ayudar a otras personas; nos ayuda a desarrollar la "cultura del dar" frente a la "cultura del tener". ¡Enhorabuena!

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