jueves, 16 de febrero de 2017

Soy Scout y no vendo galletitas.

Cuando la gente piensa en los Scouts, piensa en el tipo grupo de niños con un sobrero, unos calcetines hasta las rodillas, una banda con medallas y que hace hogueras para contar cuentos de miedo, pero es mucho más que eso, es el formar a ciudadanos que dejen las cosas mejor de como se las han encontrado y estén listos para salir al mundo a servir, se entiende por servir cómo el realizar acciones pequeñas sin tener que recibir nada a cambio.

Profundizando un poco más llegamos al papel del monitor o Scouter cómo se le llama dentro del ámbito, tratamos de hacer de guías en un camino que empieza ya de bien pequeños. Lo primero que se les enseña a compartir, en la siguiente se pretende que hagan lo mejor para si mismos, con los demás y con el mundo y ya llegando a las edades más mayores pretendemos que se descubran así mismos y el papel que tienen en el mundo y por último que estén verdaderamente preparados para servir a la sociedad con lo que mejor sepan.

El resumen que puedo sacar es que mediante una serie de juegos y dinámicas como fin para lograr unos objetivos los niños puedan tener una educación complementaria a la que ya reciben en sus casas y colegios.

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