Hace unos días hablábamos en diversas módulos del ciclo, de lo importante de tener bien definido un PROYECTO PROFESIONAL, para saber cuál va a ser el siguiente paso justo en el momento de finalizar el ciclo, y así no tener que enfrentarse a la temida pregunta “¿Y ahora qué?”, junto a un mar de dudas sobre cómo habría que enfocarse hacia el mundo profesional. Por ello, desde la Escuela Profesional Xavier, impartimos unas charlas de Orientación Laboral para que nuestros alumnos sepan afrontar esta situación sin llegar a ninguna crisis existencial.
En estos debates, se habló de la importancia que supone tener experiencias que nos hagan crecer como personas, de mantener una actitud exigente con nosotros mismos para enfrentarse a retos que impliquen salir de la zona de confort; porque sólo cuando salimos de esa zona de confort, es cuando se produce verdadero APRENDIZAJE, cuando nos enfrentamos a nuevos retos que desconocemos y en los que tenemos que desarrollar y generar nuevas habilidades. Por tanto, es cuando cambiamos y crecemos. E incluso varía la percepción que tenemos de nosotros mismos, y ganamos en seguridad y confianza.
Por ello, es importante algún tipo de experiencia en el extranjero, por los grandes aprendizajes y el desarrollo personal que uno adquiere cuando viaja.
No importa el tiempo que dure el viaje, y no necesariamente es necesario irse extremadamente lejos, desplazarse siempre es algo positivo. Siempre y cuando seamos flexibles y estemos abiertos a la experiencia. Sabiendo saborear los pequeños detalles, y no perdiendo la perspectiva de por qué uno hace las cosas.
Con estas ideas en el horizonte, el dinero se convierte en un recurso aparentemente necesario en gran cantidad para poder tener acceso a estas experiencias. Pero nada más lejos de la realidad. Si uno es flexible y está dispuesto a ir más allá de la experiencia turística de “Hotel+Playa”, hay cientos de posibilidades. Y en mi opinión, ésta debería ser la forma en la que uno viaja cuando es joven.
Una de esas posibilidades es realizando un voluntariado: Lo que comúnmente se conoce como un win–win. Uno se ofrece a realizar un servicio para una organización, y ellos a cambio costean la estancia del voluntariado allí donde va. Es una relación en la que las dos partes salen ganando y se consiguen beneficios.
Hay mil sitios en internet donde se puede encontrar proyectos de voluntariado. Sólo se está a un click de conocer cientos de posibilidades y descubrir un nuevo universo. A continuación, algunas propuestas:
Existen miles de posibilidades que pueden casar con las necesidades y motivaciones de cualquiera. Es por ello, que os animamos a explorar esta posibilidad, y vivir una experiencia diferente.
¿Y tú qué, te animas? ¡Mucho ánimo con la búsqueda!
Gracias por la labor que realizáis el miembro docente del centro, dais mucha información sobre diversos, temas que nos pueden interesar como jóvenes estudiantes, que en otros centros no la facilitan más que pon encima.
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